La de Dorelan es una historia de personas, sueños y compromiso.
Comienza en 1968 cuando Diano Tura y Pietro Paolo Bergamaschi deciden dejar la empresa en la que trabajan para dedicarse a un proyecto más ambicioso: fabricar colchones de altísima calidad. Así, en un pequeño garaje de Forlí nacen los primeros productos Dorelan, realizados con ese gusto y destreza que desde siempre caracterizan a los artesanos italianos.
Desde Forlí hasta el resto de Italia y el mercado internacional, un recorrido de crecimiento constante, orgánico, paciente. Un paso tras otro, con una visión que pone en el centro la calidad, siempre. A esta elección le siguen importantes inversiones en investigación científica, tecnológica y sobre todo en personas.